miércoles, 18 de febrero de 2015

MICHELANGELO MEETS APPLE


   A medida que iba penetrando en la piedra, las noches compartidas se iban alejando.
     Un día, después de pasar horas en pie sobre un taburete, vio cómo se acercaba. En largas pausas. Mientras, paseaba sus manos de escultor sobre la fría piel marmólea. Prefería las caricias y la ingenua espontaneidad al silencio que proseguía a su incomprensible sentido del humor.
El se asustó, se  había despertado en su interior un irrefrenable deseo y un extraño pánico a la vez... 





                               


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