Elegiste el otoño porque sabías cómo me fascinaba contemplar el color de los falsos plataneros y el crepitar de sus hojas caídas bajo los pies de las parejas mientras paseaban. Se suponía que lo elegiste al azar, como el mes, Octubre, cuando nos conocimos. Todo concordaba,nunca fuiste de los que dejaba nada al azar.Igual que cuando te marchaste. Me dijiste que habíamos entrado en un laberinto en espiral, sin fin. Que no era yo, eras tú.
Habitabas ahí, en mi cabeza, como esa melodía que corroe el alma y se te mete en el cerebro, como un gusano en una manzana sana, así me dejaste, pudriéndome por dentro.
No pretendas ser ahora como la marea que,al capricho de la luna, se acerca o se aleja.
No pretendas ser ahora como el viento y desee envolverme con sus brisas de verano.
No pretendas ser ahora como la lluvia y empaparme con tus gotas de promesas y deseos. En tu ausencia he creado un impermeable para tu lluvia y un abrigo para tu brisa.
Froilandia
