viernes, 23 de diciembre de 2011

RETRATO INACABADO


    La lluvia caía sin descanso desde hacía dos días .Por la mañana abrí los ojos y no me molesté siquiera en levantar las persianas. El tiempo lluvioso contagiaba en mí un ánimo tristón, me sumía en una vagancia somnolienta, amodorrada, que me impedía hacer el mínimo esfuerzo. Al final reuní energía suficiente como para asearme y vestirme, pero cuando encendí la luz de la cocina prepararme el desayuno se me antojó una tarea titánica. Salí al exterior con ánimo de encontrar algo que valiese la pena .La plaza que tenía ante mí me pareció hermosa, como nunca la había visto; las hojas de los árboles reflejaban la luz del sol, los charcos del suelo eran pequeños espejos brillantes, y había vida por doquier. Palomas y gaviotas se mezclaban con la gente, que paseaba con las caras vueltas al cielo, disfrutando del inesperado regalo de los rayos solares. Decidí unirme a esa vida y me puse a pensar. Quería pintar. Deseaba pintar. Necesitaba pintar. Pensé, pensé y pensé .Me senté en un vetusto banco deseando llegar a casa para comenzar a pintar, no sabía el qué, tan solo sabía que tenía que hacerlo.. Ya llegaba a mi portal cuando, en un impulso, di la vuelta y me vi reflejado en un cristal. Habían pasado los años, a pesar de ello me veía inacabado, inconcluso, me faltaba algo... .Estuve trabajando hasta bien entrada la noche con los Sennheiser puestos y Edelis sonando a todo volumen. Tal vez algún día encuentre las piezas que me faltan.....tal vez.






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