La niña estaba ausente con sus pensamientos. De repente se levantó y sin mediar palabra sacó de la mochila su querida muñeca con la que tantas aventuras habían compartido.Levantó la mirada y la abrazó sin dudar . El cielo ofrecía esas veladuras ocres y sienas tostadas típicas del otoño.
Amigas para siempre. Sin condiciones. Amor puro. En eso consiste la amistad.
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